Definitivamente el tema del embarazo y la lactancia es bastante extenso. No cabe duda de que el embarazo es la época más hermosa de la mujer.
La maternidad suele despertar en la mujer un no sé qué, que la hace radiante, hermosa y rebosante de felicidad.
El problema, o la inquietud comienzan cuando esa mujer ya tiene un bebé y aún lo está amamantando, porque de pronto no sabrá cómo reaccionar, o si la lactancia podrá generar algún impacto negativo en el crecimiento de su bebé que está por nacer.
Si estás en esa etapa, en la cual tu vida es una encrucijada porque te encuentras en la dulce espera, pero ya tienes un bebé y te asaltan algunas dudas, este sección es para ti:
Consejos sobre el Embarazo y la Lactancia
Hay noticias que impactan. Tener un hijo pequeño, al cual todavía estamos amamantando es un lazo indescriptible, y que de repente te enteres que estás esperando otro bebé, es esa clase de noticias de las que te hablo que indiscutiblemente impactan.
De forma impetuosa vienen a tu mente infinidad de inquietudes con respecto si ese embarazo afectará la alimentación de tu pequeño, o si alimentar a tu bebé podría afectar al feto que está creciendo dentro de ti, pero tranquila aquí aclaremos un poco tus dudas.
Primero que nada, amamantar a tu bebé en absoluto afectará el crecimiento y desarrollo eficaz de tu bebé dentro de tu vientre.
Al contrario, se establecerá un vínculo emocional que te acercará mucho más a ambos pequeñines; así que por ese aspecto debes estar relajada.
Es recomendable que tomes en consideración que en los primeros cuatro meses de embarazo tu producción de leche materna disminuirá un poco, por lo que debes estar atenta a que tu bebé recibe la suficiente proporción de nutrientes a través de la alimentación.
Si tu bebe tiene menos de seis meses tocará consultar con el pediatra qué clase de alimento puedes darle para complementar su alimentación mientras superas el primer trimestre de embarazo.
No obstante, si ya es mayor de 6 meses, entonces no habrá problemas en complementar su alimentación con cremas de verduras y zumos de frutas (indicados por tu pediatra).
Otro punto importante que no debes pasar por alto, es que durante ese primer trimestre la sensibilidad de tus pechos aumentará, y probablemente sentirás dolor mientras amamantas a tu bebé. Paciencia, todo pasa.
Por otro lado, cabe destacar que tu lactancia podría modificarse durante el embarazo, por lo que tu bebé podría presentar rechazo al pecho.
Una vez más, ten paciencia y no te desesperes porque es normal.
También es normal que sientas contracciones en el útero cuando amamantas a tu bebé, no estás haciéndole daño a tu bebé, es una reacción típica de tu cuerpo.
Riesgos durante el embarazo
Sabemos que es posible amamantar a tu bebe durante un nuevo embarazo, y sabemos también que los riesgos que eso puede generar en tu cuerpo, y en tu nuevo bebé te mantienen siempre en constante alerta.
Por eso hemos diseñado una pequeña lista de riesgos que aunque no son graves, te mantienen alerta, y disminuye tus niveles de ansiedad.
Por motivos probablemente emocionales (aún no están identificados), el bebé al que amamantas puede querer estar pegado a tu pecho más tiempo del normal, lo que puede producirte desgaste físico, y molestia en las mamas.
Por la demanda de atención que requiere el bebé al que amamantas, la lactancia en sí, y el embarazo es probable que bajes de peso.
Por tanto, debes estar pendiente de la alimentación que llevas, y de estar consumiendo la cantidad adecuada de nutrientes y vitaminas que cubran los requerimientos del lactante y de tu bebé en formación.
Debes evitar consumir alimentos ricos en yodo, ya que puede existir el riesgo de sufrir de hipertiroidismo.
Si presentas demasiadas nauseas, debes aumentar el consumo de agua, porque es posible que estés deshidratada. Obviamente también se deben al proceso en sí mismo que estás atravesando.
Por la mezcla de emociones, el estrés, la demanda que requiere la lactancia materna de tu bebé mayor, y la presión que ejerce en tus intestinos el feto, es posible que sufras de estreñimiento.
No es nada que no puedas solucionar aumentando la ingesta de fibras, y el consumo de agua durante el día.
Como ya lo mencionamos con anterioridad es posible que el proceso de lactancia materna disminuya.
Un 80% de las madres han reflejado disminución de su producción de leche.
Debido a eso, más el cambio de sabor de la misma, es posible que el niño mayor comience a rechazar el alimento que le das, lo cual producirá el destete involuntario.
Beneficios y problemas de la lactancia materna
Siempre hemos escuchado hablar sobre las maravillosas bondades que proporciona que los bebes sean alimentados por la lactancia de su madre.
Sin embargo, es poco lo que se escucha en referencia a esta faceta si se está esperando un nuevo miembro en la familia.
Actualmente se le denomina “Lactancia en tándem” , y muchas mujeres expresan estar atravesando este particular momento.
Cuando nace el bebé menor, y debes distribuir de forma apropiada tu tiempo para poder atender a ambos bebés suele ser bastante agotador, pero muy satisfactorio a nivel emocional, puesto que la madre crea un vínculo especial con sus dos hijos al momento de alimentarlos.
Algunos de los beneficios que ofrece la lactancia materna en tándem son los siguientes:
- Recuperas tu peso ideal con más facilidad.
- Disminuyes las afecciones que genera en tus pezones el dar de lactar por primera vez.
- Creas una conexión especial con tu bebé menor.
- Incrementa considerablemente el proceso de lactancia.
- Se reducen los malestares físicos que te afectan a ti como mamá.
- Mantienes la conexión con tu hijo mayor, lo que evita las posibles conductas relacionadas con celos y el nacimiento de tu bebé más pequeño.
Algunas Contraindicaciones en el Embarazo
Aunque pareciera que no existe ningún tipo de indicador que te permita pensar que esta práctica va a afectarte a ti o a tu bebé, es importante que te mantengas alerta ante ciertas situaciones para evitar problemas o descompensaciones.
Es posible que bajes demasiado de peso, por el ajetreo, por el hecho en sí de la lactancia materna exclusiva, y por el exceso de producción de leche materna.
Si no te alimentas bien podrías sufrir de anemia, o presentar una baja de los nutrientes en tu cuerpo.
Por esto, debes mantener una dieta equilibrada, en la que incluyas fibras, carbohidratos, grasas y proteínas, y vigilar que sean ricos en vitaminas.
En ocasiones el bebé mayor comienza a rechazar la leche de su mamá, y se produce el destete espontáneo.